Falsearé la leyenda y otros textos sobre pedro
En Falsearé la leyenda doce escritores que conocieron a Pedro, o su obra, escriben un texto inspirado en uno de sus cuadros, elegido por ellos mismos entre toda su producción pictórica. Los autores son: César Antonio Molina, Nacho Fernández, José Luis Gallero, José María Parreño, Enrique Vila-Matas, Javier Arnaldo, Luisa Castro, Pedro Sorela, Clara Janés, Mercedes Monmany, Julia Castillo y Martín Casariego. Como presentación se incluyó un texto, el único no inédito, de Francisco Rivas.
Presentación en el Círculo de Bellas Artes, Madrid
y el compacto césped que recubre los jardines;
todos pensarán que venció la fuerza del desierto
y yo seré durante años el Dueño de la vida,
dejando que me acaricie la tibieza del sueño alado
y tiñendo al atardecer lo que brotó del rocío;
mi pincel será la cascada cuyo estruendo nunca percibo
y mi pintura las aguas que en ella se enroscan furiosas,
y los que por los aires naveguen
verán surgir la nieve del pecho abierto del Verano,
variarán de canción los motores aceitosos
y enarcarán las cejas los pilotos sin mirada.
Danzaré entre las hojas chamuscadas por el frío
y los demás conmigo,
pero ellos caerán extenuados
y sus músculos heridos servirán para tensar mi nuevo arco
y clavar en sus corazones suplicantes mensajes de amor
que sin duda secará el aliento de la lluvia;
y arrebataré a los niños la dejadez que me apasiona,
se marchitará colgada de las moreras,
como los plásticos sucios en el invierno espinoso.
Beberé el líquido que corre con el Nilo,
despojaré de su piel al fornido rinoceronte,
falsearé la leyenda y ésta me pertenecerá,
poseeré los campos de maíz y los quejidos sin motivo,
dividiré el tesoro del pirata para llevármelo entero,
y, llegado el momento,
cuando las ilusiones ahoguen el desengaño,
nada quedará sin ser devuelto
y mi alma os alegrará con una sonrisa.
(PCC 1976)
Los poemas originales tienen sangrados (de distintas medidas y en muchos de los versos) que determinan el ritmo de lectura ideado por el autor. Aquí no se han reproducido.
En formatos pequeños de pantalla tampoco se respeta la longitud de los versos.
SELECCIÓN DE TEXTOS ACERCA DE PE CAS COR Y SU OBRA
El día en que Pe Cas Cor se arrojó a las vías del tren
DANIEL ARJONA. El Mundo, 24 de Julio, 2024.
Pedro Casariego Córdoba, el poeta espléndido y extraño de los poemas encadenados que no encajó nunca en el blando ecosistema literario español, acabó por sumarse a la ilustre y triste nómina de los escritores suicidas.
El mito de Pedro Casariego Córdoba
DIEGO DONCEL. ABC Cultural, 21/05/2022
Terminó pronto su vida, tenía la mente destrozada por el miedo a la locura y sabía que no encontraría nunca los límites de sí mismo por mucho que recorriera interiormente todos los caminos. Vivió ajeno al mundo, silenciado e incomprendido por su tiempo, y pasó entre nosotros veloz y luminoso como una estrella que apenas pudimos ver unos minutos en el cielo.
Contracultura y divinidad en la poesía de Pedro Casariego Córdoba
ANDRÉS GARCÍA-CERDÁN. Revista Turia (Solo Digital), 25/02/2021
De la extrañeza, de la rebeldía, del dolor, de la ternura, de la búsqueda de un Dios esquivo, de la incomprensión en un mundo que no es el suyo brota la necesidad de decir que movió toda la obra de Pedro Casariego Córdoba (Madrid 1955-1993).
Las cadenas poéticas de Pe Cas Cor
ÁLVARO VALVERDE. El Cultural, 11/01/2021
Estamos, sin duda, ante el afán de un raro, que es la forma que tenemos de designar a quienes se salen de la norma y componen una obra tan singular como inclasificable. Para algunos, genial. Llama la atención que poetas tan distintos como González y Gamoneda sean capaces de coincidir en el elogio.
El poeta Pedro Casariego Córdoba
ADOLFO GARCÍA ORTEGA. L y más, nº 59, invierno 2020.
Pe Cas Cor (así firmaba) es absolutamente único. Diferente, raro, genuino, universal. Pocos unen la oscuridad y la luz en unos poemas narrativos que salpican destellos deslumbrantes e hipnóticos. Menos aún son los que se nacen a sí mismos, surgen de una tradición que empieza y acaba en sus versos.
Pe Cas Cor: un artista del silencio
JOSÉ DE MONTFORT. The Objective.com (Further), 23/11/2020.
Pedro Casariego Córdoba fue un raro poeta y pintor suicida y genial, un poeta (casi) secreto, de culto, que desarrolló su obra en la España de finales del s. XX. Este año hubiera cumplido 65 años. Para conmemorar la efeméride, Seix Barral publica una nueva edición de sus Poemas encadenados (aparecida originalmente en 2003), para que una nueva generación de lectores, más allá de sus fieles seguidores, lo descubra.
El torrente Pe Cas Cor
JOSÉ ANDRÉS ROJO. El País, 28/9/2020.
Una nueva edición recupera los poemas encadenados de una voz singular, desaparecida en 1993, y reúne otros sueltos escritos, varios de ellos inéditos.
Los poemas encadenados de Pedro Casariego Córdoba, Pe Cas Cor, tienen argumento. Están protagonizados por personajes con nombres un tanto extraños: Van Horne, el oficinista Kierkegaard, la asesina Nadezhda Zelova, Mallick el basurero, Wataksi, Paivarinta el desvergonzado, la triste señora Schneider. Los escenarios son variados, igual las cosas suceden en Nueva York o San Francisco o Hanoi o en el Distrito de la Luz Roja, pero también en una celda de prisión, el vagón de un tren, una habitación llena de telarañas, un asteroide seco. Importa la disposición de las palabras en cada poema, a ratos parecen dibujos o son caligramas, y están numerados.
Un homenaje de 366 días a un poeta único, el transgresor Pedro Casariego Córdoba
SONIA FIDES. El Asombrario, 20/5/2020.
Este año Pedro Casariego Córdoba (1955-1993), poeta y pintor que firmaba como Pe Cas Cor, habría cumplido 65 años. Su obra es tan personal, potente y transgresora, que sus hermanos –entre los que se encuentran los también escritores Martín y Nicolás Casariego– le han querido rendir un homenaje a lo largo de los 366 días de este año, a través de las redes sociales, de Twitter (@PeCasCorOficial) e Instagram (@pedrocasariegocordoba). ‘El Asombrario’ recoge esta iniciativa para recuperar su voz y su silencio, sus luces de emergencia, para recordar a este inusual y gran escritor, que decidió poner fin a su vida repentinamente bajo un tren.
Pe Cas Cor
ESPIDO FREIRE. Cadena Ser, A vivir Madrid, 2/2/2020.
Pe Cas Cor, Pedro Casariego Córdoba, poeta, pintor, es una de las voces que flotan por Madrid. Es esta una ciudad que favorece muchas algarabías y pocas notas, pero algunas de las voces únicas lograr elevarse y perduran. La imagino cerca del Círculo de Bellas Artes, con su diosa guardiana, en cascada peldaño a peldaño de las escaleras donde, poco después de su muerte, sus amigos se reunieron para recordarle. Yo no le conocí; su hermano Martín Casariego, escritor también, cuenta de él que «poca gente del mundo literario y menos del artístico le conoció personalmente»; por lo tanto puedo imaginarlo a mi antojo, sin que el peso de la realidad me estorbe. La imaginación, es, para cada uno, más verdad, que lo cierto.
Pedro Casariego, el poeta raro
ALBERTO GÓMEZ. Diario Sur, 18/1/2019.
En el epílogo de ‘Poemas encadenados’, su padre lo definió como «un hijo raro» cuya ausencia «es inabordable». Pedro Casariego Córdoba, uno de los artistas españoles más misteriosos y singulares de la segunda mitad del siglo XX, dueño de una originalidad apabullante, nunca cedió a tentaciones ni imposturas. Consideraba que la auténtica creación era un proceso interior que, perfeccionado, no requería expresión. La escritura, siguiendo esa lógica, era una debilidad, el síntoma del fraude que creyó ejecutar en cada verso: «Entono por tanto, al mismo tiempo que el canto sonoro y compulsivo de las palabras manchadas, un mea culpa sincero».
En la octava planta
ANA RUIZ DE LA PRADA. Prólogo de la edición de 2015 de Dra.
Pedro me enseñó a vivir en la octava planta de un edificio de seis. Me enseñó a vivir a orillas del cielo. A ver el cielo deshollinado por el sol. A vivir en ciudades construidas con ladrillos de nubes, rodeadas de campos regados por la pulcra saliva del cielo. A mordisquear esos ladrillos y a transformarlos en besos. A comprender que fuera de ese espacio la vida no tiene sentido.
Un talento sin causa
FERNANDO R. LAFUENTE. ABC Cultural, 20/09/2014. Acerca de El Hidroavión de K.
Así fue Pedro Casariego Córdoba (1955-1993). Quien lo describió de manera tan precisa como original fue Francisco Rivas, que veía la poesía y la pintura del autor de La risa de Dios (1978) como «un fondo insondable de imágenes y secretos donde todo es tan amargo y tan bello, tan inocente y verdadero». Para los que no hayan leído a Pedro Casariego su descubrimiento será un gozoso asombro literario.
La vida puede ser una lata
AGUSTÍN CALVO GALÁN. Revista de Letras, 3/06/2013. Acerca del libro La vida puede ser una lata.
Sobre la «movida» del Madrid de los años 70 y 80 del pasado siglo, sigue resultado imprescindible y sano realizar una separación del grano y de la paja, obviar algunos fuegos de artificio y algunos barrocos vacuos y quedarnos con poetas vitales y esenciales como es el caso de Pedro Casariego Córdoba (1955-1993). Cuando se cumplen justo los 20 años de la desaparición del poeta madrileño merece la pena, más que nunca, reivindicar una personalidad única como la suya dentro de la poesía española contemporánea.
Un joven de avanzada edad
MARTÍN CASARIEGO. Prólogo de la edición de 2013 de El Hidroavión de K..
Pedro escribió El hidroavión de K. en 1978, cuando él tenía veintitrés años y yo dieciséis, pero no se publicaría completo hasta 1994, póstumamente, en Ave del Paraíso. Lo definió como un «poema épico-lírico del mundo futuro». Antes de que estuviera terminado leí algunas hojas sueltas (cada poema numerado ocupaba una página). Algunas las desechó, y me gustaría poder recuperarlas, pero Pedro, que aspiraba a una suerte de pureza, de condensación, las destruyó.
La lata ya no puede ser Vida
ANTÓN CASARIEGO. Prólogo de la edición de 2013 de La vida puede ser una lata.
Este libro es una reedición, con ciertas variaciones, del publicado por Árdora en 1994. La más notable es la desaparición de su libro siamés, Falsearé la leyenda, que venía unido a él por la espalda, formando un único volumen. Cercana por entonces la muerte de Pedro, Falsearé la leyenda, que se había concebido como un homenaje a su obra, especialmente a su pintura, resultó ser un tributo póstumo a su figura.
Unas palabras insuficientes para Pedro Casariego Córdoba
ÁNGEL GONZÁLEZ. Prólogo del libro Poemas encadenados, 1977-1987.
Una observación final, que creo que es algo más que una conjetura. Pedro Casariego Córdoba, que cultivó a su personalísima manera todos los géneros literarios, es ante todo poeta: un espléndido poeta que también parece querer ocultarse, pero que se delata en las rachas de intenso y admirable lirismo que iluminan sus versos y sus prosas.
Elogio de lo raro
PEDRO CASARIEGO H. VAQUERO. Epílogo del libro Poemas encadenados, 1977-1987.
Lo raro es aquello que se distingue de lo demás, y cuando se ve acompañado de virtudes poderosas provoca una tensión creadora que pone en marcha el Universo.
Lo raro produce desasosiego, porque exige la comprensión de algo inusual y nos hace sentir vulgares. Nos saca de nuestras casillas.
Pe Cas Cor. La diplomacia
LUCAS MARTÍN. Muc, Manual de Uso Cultural.
Él era el estallido de luz, el juego, el talento puro. De su obra, pocos coetáneos llegaron a ver tan lejos como Pérez Estrada, que la definió como la aproximación más lograda entre cine y poesía. Especialmente, en lo que refiere a sus poemas encadenados, el último acontecimiento, como horizonte estético y avance en el casillero formal de la poesía de un idioma al que le han salido demasiados e inhóspitos e irrespirables carceleros. Pe Cas Cor es arrojar la literatura de sus vitrinas, incurrir en la vida.
Acariciante cadena
EDUARDO MOGA. El Crítico, 7/04/2004. Acerca del libro Poemas encadenados, 1977-1987.
“Antiliteratura” considera, elogiosamente, Ángel González la poesía de Pedro Casariego Córdoba. Y tiene razón el autor de Palabra sobre palabra: la obra de Casariego no satisface las expectativas de musicalidad y embellecimiento que espera el lector de poesía, y mucho menos condesciende al patetismo que ha perdurado como consustancial al verso, desde la revolución romántica, en una buena parte de la lírica moderna; o lo hace con muchas salvedades. Pero es justamente en esa falta de acomodo a lo que hemos acordado tener por literario donde radican su originalidad y su fuerza.
El condenado inocente
PEDRO PROVENCIO. Revista de Libros, nº 79-80, julio-agosto 2003. Publicado en Buenas noticias para el lector de poesía, Dossoles, 2005. Acerca del libro Poemas encadenados (1977-1987).
Los lectores de Pedro Casariego Córdoba (1955-1993), poeta considerado extremadamente raro, ya no tenemos que escarbar en bibliotecas o colecciones heroicas para encontrar sus libros: en este volumen se nos ofrecen sus cinco poemarios conocidos, otro inédito y un sustancioso apéndice de poemas sueltos. Si tenemos en cuenta que la editorial responsable de la aventura no es ni mucho menos una empresa marginal, cabe preguntarse si la rareza no estará más bien en otra parte, y no en el poeta ni en sus lectores.
Fanerógamo
AGUSTÍN CEREZALES. ABC, lunes 19/05/2003. Acerca del libro Poemas encadenados, 1977-1987.
FANERÓGAMO: despierto con esta palabra en la boca, asociada a «poeta»: Pedro Casariego, poeta fanerógamo. Anoche estuve leyendo Poemas encadenados, el grueso volumen con el que Seix Barral ha venido al rescate de la práctica totalidad de sus versos, varios libros que andaban desperdigados y algunos inéditos.
Un hielo celeste
ANTONIO ORTEGA. El País (Babelia), sábado 14/04/2003. Acerca del libro Poemas encadenados, 1977-1987.
Diez años después de la muerte de Pedro Casariego se edita Poemas encadenados, su obra casi completa en la que establece un diálogo entre imaginación y realidad.
Una última pregunta
JOSÉ LUIS GALLERO. Catálogo de la exposición Hombres y Monstruos, Universidad de Valencia, 1997.
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La última vez que nos vimos, quedó suspendida en el aire una pregunta –«¿Crees que podré conseguirlo?»– cuya mezcla de esperanza y desamparo descartaba cualquier posibilidad de respuesta que no fuera en sí misma un balbuceo.
Volar con Pedro Casariego Córdoba
RAFAEL PÉREZ ESTRADA. Barataria, Revista de creación literaria y filología. Nº 2, Universidad de Alcalá, Madrid, 1995.
La poesía es un estado de gracia.
Leo a Pedro Casariego e imagino que estoy barajando estrellas, o que en el firmamento vuelan peces mariposas con sus luces nocturnas, o que una orquídea empieza a deletrear la indefensión de las vocales débiles.
Pedro Casariego
LUIS ALBERTO DE CUENCA. ABC, Panorama, 23 de noviembre de 1994, p.22; Barataria, 1995.
Conocí a Pedro Casariego Córdoba en Otoño de 1983. Gonzalo Armero acababa de publicar Maquillaje en su colección de poesía de Editora Nacional. El libro me gustó muchísimo, y Gonzalo me dijo que por qué no lo decía por escrito. Me dio su teléfono, lo llamé y Pedro y yo nos citamos en Argüelles, en la cafetería Galaxia, un sitio anodino pero con la solera de una reciente conspiración.
Pedro Casariego
CLARA JANÉS. ABC, Panorama, 5 de octubre de 1994, pág. 24, con motivo de la presentación de El Hidroavión de K., Ave del Paraíso, 1994, y de Falsearé la leyenda, Árdora Ediciones, 1994, en el Círculo de Bellas Artes, donde simultáneamente se exponía su obra pictórica..
Estoy en el campo, contemplando a la última luz del día un sereno paisaje, y de pronto, el silbido de un tren me traslada al mes de junio y al Círculo de Bellas Artes. Nos hallarnos en un acto en que se presentan dos libros de Pedro Casariego, El hidroavión de K. y La vida puede ser una lata –este último adosado a otro que reúne textos ilustrativos de cuadros suyos, homenaje o presencia acompañante de unos cuantos que en algún momento sentimos proximidad hacia él– en el marco de una exposición de sus dibujos y pinturas.
Falsearé la leyenda
JUSTO NAVARRO. Sobre el libro Falsearé la leyenda. ABC Cultural, nº 139, 1 de julio de 1994.
Pedro Casariego Córdoba (1955-1993) fue inventor, inventor de mundos. La vida puede ser una lata (1987) es un álbum de mundos, un atlas de dibujos y palabras a tinta china. Porque los inventores son descubridores, y los descubridores son viajeros: PCC ha contado que estos mundos los inventó en primavera, frenéticamente, a cien por hora, en un coche con faros, iluminado; aterrorizado, desprotegido, en un coche sin hierros, desnudo.
Un miedo luminoso
MARCOS RICARDO BARNATÁN. El Mundo –Magazine–, 4-5 de Junio, 1994, p. 44, a propósito de la exposición sobre Pedro Casariego celebrada en el Círculo de Bellas Artes); Barataria, 1995.
El sabio Elías Canetti nos explicó en El suplicio de las moscas que hay, por lo menos dos clases de miedo, el luminoso y, el amargo. El primero crece y crece y se expande hasta que estalla. El segundo, en cambio, se encoge y se seca. El miedo amargo es el que logra convertir a los hombres en momias, el miedo luminoso los convierte en poetas. Venturosamente para nosotros, Pedro Casariego Córdoba (1955-1993) fue una misteriosa víctima del miedo luminoso.
Ayúdame a ser zurdo
JOSÉ ANDRÉS ROJO. Con motivo de la exposición en el Circulo de Bellas Artes. El País, 21 de mayo de 1994.
Unir una palabra con otra. Juntarlas y disponerlas de tal modo para que disparen una sugerencia, para que incendien de sentido una frase banal, para que muevan a la sonrisa, a la carcajada, al deseo. También, para que den cuenta del dolor, de la amargura, del fracaso. Para que reinventen el amor. Es lo que hizo el poeta Pedro Casariego Córdoba durante una buena porción de años y escribió por ejemplo: «Las cabezas descubiertas / explicó / son las pistas de aterrizaje / de los sombreros de mujer».
Hombre zurdo que dice adiós
MARTÍN CASARIEGO. En Falsearé la leyenda, Árdora Ediciones 1994 y en Barataria, 1995, sobre el cuadro nº 113, «Pastor zurdo con su rebaño de insectos».
Este es el último cuadro de Pe Cas Cor. Al verlo, pensé que era una especie de testamento, de adiós: interpreté el brazo alzado como un ademán de despedida. Creí que los pegotes rojos (algunos, vagamente semejantes a tortugas, otros a ovillos de lana con gruesas agujas cruzadas) eran estrellas, y que el fondo representaba la inmensidad del cielo azul, de ese universo que nos contiene y del que participamos.
La lata es Vida
ANTÓN CASARIEGO. Prólogo de la edición de 1994 de La vida puede ser una lata, Árdora Ediciones.
El primer texto que se conserva de mi hermano Pedro es de 1973, cuando contaba dieciocho años. Quizá no sea el primero que escribiera, pero sí el primero al que dio una forma definitiva y trató de fijar al mecanografiarlo. Por entonces era un extravagante alumno de Ciencias Económicas y Empresariales que iba a la Facultad con cartera, paraguas, pantalones bermudas y gabardina color crema, hiciera frío o calor.
Esbozo del pintor con sombrero y mil manos tendidas
FRANCISCO RIVAS. Diario 16 – Culturas, 26 de junio de 1993 y en Falsearé la leyenda, Ardora, 1994.
No sé, y mucho me temo que nunca sabremos, si Pedro Casariego Córdoba habría llegado a ser un pintor, quiero decir un pintor como los demás, como lo son la mayoría de los pintores o de los que pasan por tales. Parece claro que sus problemas, los problemas que realmente le preocupaban, incluso aquellos que le llevaron a pintar obsesivamente en sus últimos años de vida, no eran los que preocupan a los profesionales del oficio.
Pe Cas Cor
MARTÍN CASARIEGO. Diario 16 – Culturas, 26 de junio de 1993, p. 10.
Era alto y decididamente delgado, los pómulos marcados, las facciones correctísimas, frugal en la comida y abstemio en la bebida, fumador de tabaco, la frente despejada, muy blanco de piel, la vista corregida por gafas de cristales redondos. Jamás se exponía al sol, odiaba el calor y le angustiaba la sequía. Sin embargo, desde diez o quince años antes de su muerte no se bañaba en el mar o en una piscina, pues no soportaba mojarse la cabeza si no era en la ducha. Aguantaba el frío hasta extremos increíbles, y excepto la chaqueta, usaba la misma ropa, siempre azul, en verano y en invierno.
Pedro Casariego Córdoba
LUISA CASTRO. ABC, Tribuna abierta, miércoles 10 de febrero de 1993.
Conocí a Pedro Casariego hace dos años en una fiesta. Le recordaré siempre como ese primer día, muy distinto a todos y muy atractivo. Una belleza que le venía de dentro, una presencia física peculiar e indescriptible. Fuimos presentados como poetas. Cuando pasa eso lo siguiente es el bochorno o el aburrimiento. Con Pedro no lo fue porque Pedro era un poeta de verdad.
Ookunohari
CLARA JANÉS. ABC, Panorama, viernes 22 del diciembre de 1989.
«Era más delgado que cualquier faquir». Así era aquel día, y el día todavía más: un hilo perdido en la niebla, borrado por la noche. Yo estaba allí de pronto junto a su cuerpo, y era cierto: podía contar las estrellas con sus costillas, pero no «para dormirme», sino estando él dormido. Y no le faltaba ninguna. ¿Qué hacia yo, pues, junto a él? Por este motivo, sin duda, era tan ensimismado; por este mismo motivo, sin duda, era más hermoso cuando no estaba despierto, cuando cesaba la espiral de palabras que salía de su boca y quedaba en el puro ser.
La vida puede ser una lata
JUAN CARLOS SUÑÉN. El País, domingo 17 de enero de 1988.
Primer número de la colección Azimut, una iniciativa de Ediciones Zigzag para ofrecer un nuevo tipo de libro en el que el escritor ilustra sus propios textos. Casariego nos ofrece en este primer número un trabajo inquietante y divertido, a mitad de camino entre el caligrama y los limericks a lo Lear.
Entrevista para Sur Exprés
JOSÉ MARÍA PARREÑO y JOSÉ LUIS GALLERO. Sur Exprés, nº 8, marzo 1988, p.102ss., bajo el título «Nací apache»; en Ocho poetas raros, Árdora 1992, p.15ss., bajo el título «Los manicomios están llenos de ropa interior»; y en Verdades a medias, Espasa Calpe, Madrid, 1999. PCC contestó el cuestionario por escrito, por lo que esta entrevista se puede considerar parte de su obra literaria.
José Luis Gallero y José María Parreño.- Se supone que hace usted una vida más bien aislada, que sale poco, que no ve a mucha gente. Se supone también que apenas se concede descanso a sí mismo: espera ser lo bastante rápido como para no aburrirse, lo suficientemente duro como para no flaquear. ¿Qué significa la poesía en todo esto? ¿Cuál es el trabajo de un escritor?
Entrevista para El Paseante
JACOBO SIRUELA. Esta entrevista apareció en el nº 1 de El Paseante (diciembre de 1985, pp. 99-102) como apoyo a la publicación en la revista del poemario La Risa de Dios.
P. C. C.– Hoy ha sido un día realmente terrible para mí. La perspectiva de tener que hacer esta entrevista ha estado hiriéndome, en cierto modo, durante algún tiempo, puesto que soy una criatura obsesiva. Me he hecho múltiples entrevistas, mientras estaba en el cuarto de baño afeitándome, mientras bajaba andando al bar de los obreros en Aravaca, mientras sentía en mi cara el beso del aire acondicionado en una cafetería. Me he entrevistado muchas veces logrando componer frases que se han ido desmoronando poco a poco… ¿Está grabando?
Rosas con nombre propio
LUIS ALBERTO DE CUENCA. Cuadernos del Norte, nº 24, marzo-abril 1984, pp. 98-99. Crítica a Maquillaje (Letanía de pómulos y pánicos). Editora Nacional, Libros de Poesía. Madrid, 1983.
En la serie de poesía que Gonzalo Armero dirige en Editora Nacional, aunque sin numeración dentro de la misma, ha aparecido un inquietante libro de Pedro Casariego Córdoba, madrileño de veintiocho años: Maquillaje (Letanía de pómulos y pánicos).