1978. Poesía
La risa de Dios
El Paseante, nº 1, invierno de 1985; Poemas encadenados, Seix Barral, 2020 y 2003; publicado como libro independiente por Ediciones Tansonville, 2006 –en edición trilingüe: español, francés e inglés. Traducciones de Belén Artuñedo Guillén y María José & Anunciación Carrera de la Red. Presentación de Antón Casariego–
Nuestras palabras nos impiden hablar.
Parecía imposible.
Nuestras propias palabras.
Y el último (N.102):
Mi angustia
es el eco
de la risa de Dios.
Y es que, a pesar de su crimen, los tres personajes (dos hombres, el narrador y Murray, también llamado Markowitz, y una mujer, la hermosa Nadezhda Zelova) siguen siendo seres inocentes a merced de Dios, atenazados por el miedo a quedarse solos. Encerrados en el cuarto, al principio oscuro y lleno de telarañas, cuando encienden la luz comienzan a ver extrañas manchas móviles en las paredes. Arañas, unicornios, pegasos, leviatanes y quimeras se enseñorean de la habitación. Pero quizá los personajes sólo inventan aventuras, cuentan cuentos, fantasean fantasmas, para evadirse de su sino. Pues las «manchas mecánicas de tinta china», sentimientos que no han querido ser palabras, ensoñaciones que cobran una vida vicaria al ser expulsadas al exterior, en el fondo pertenecen al mundo interior de cada uno, son reflejos de la angustia íntima de los actores de La risa de Dios.
: lava
: el árido asteroide
: con su
: paraguas de agua
: y con
: jabón
: de aerolito.
N.65.
: del ogro
: imberbe
: nunca se afeita
: alabada sea
: su
: longitud: natural.
N.66.
y oímos los ronquidos
de la araña colorada
que había retornado
al cuarto luminoso
para descansar
en su mancha-fortaleza.
N.67.
La araña venenosa
extranjera como el grito
había entrado
en las tinieblas
de su dormitorio
y había tropezado
con los 5 pegasos
N.68.
La araña
había expulsado
a los 5 caballos alados
que momentos antes
reposaban
felices y más felices
bajo delgadas mantas
de telaraña.
N.69.
que
el camarero
enseñaba
al sonreír
se sonrojaba
como si fuerade oro.
N.70.
terminó por desarmarnos.
Sin sus dagas
de 4 filos
Nadezhda
no simulaba ser bella.
N.71.
nos pedía
a punta de daga
y cuchillo
que no lo dejáramos
:solo:
N.72.
o: cuando lo acompaña
l: una bruja
o: que se tiñe de cohete
.. y friega el aerolito.
N.73.
: s :
: o :
: l :
: o :
…..
como
la ri
sa de
Dios.
N.74.
En formatos pequeños de pantalla tampoco se respeta la longitud de los versos.
han dicho

Esther Ramón
Introducción de Poemas encadenados, 1977-1987
«Publicado por primera vez en la revista El Paseante y en apariencia uno de los títulos más lúdicos y llenos de inocencia de Pe Cas Cor, La risa de Dios (1978) contiene en realidad un insoportable grito de angustia, un aullido de terror dentro de un cuento, y “ese ir silbando despacito por el borde del desfiladero” que describía la argentina Alejandra Pizarnik. Sus primeros versos apuntan de nuevo a la incomunicación (“Nuestras palabras/ nos impiden hablar/ Parecía imposible./ Nuestras propias palabras”), y sumados al resto parecen indicar que esa incomunicación hace inútil el lanzamiento de bengalas. La noche es tan oscura que las traga, sin que nadie alcance a verlas.»

Antón Casariego
Prólogo a la edición de 2006
«La risa de Dios es el reflejo de un momento. De un espacio en el que el tiempo se ha detenido, encapsulado en un lugar secreto y mágico. Allí los personajes son felices y puros, porque creen que se pueden ocultar incluso de la mirada burlona de su Creador. Pueden fantasear, bromear, y hasta enamorarse.»

Pedro Casariego
El Paseante, nº 1, diciembre de 1985, pp.99-102., bajo el título «El Paseante entrevista a Pedro Casariego Córdoba»
«El libro tiene un tono inocente, lúdico, que se derrumba al final con unos versitos que dicen: Mi angustia / es el eco / de la risa de Dios /. Esto no es más que la angustia que late también en ese mundo, que reviste a todos sus personajes a pesar de que son seres inocentes. Esto les revela la existencia de un Dios que está por encima de nosotros, que incluye tanto las cualidades atribuibles por todas las religiones, de bondad, etcétera; pero que incluye también lo que nosotros atribuimos artificialmente al Diablo.»